miércoles, 31 de agosto de 2011

Contra la ley

Quererte es contra la ley

la ley de muchos

que esta contra la ley de pocos

pocos como yo que te quiero

contra la ley de mi pueblo

la ley de mi Dios.


¿Cómo querer puede ser malo?

la interrogante me acecha

maldad en el robo o la traición

el que finge o engaña

yo solo he querido

y me han juzgado


pobre de mí y de mi soledad

si tan solo comprendiera

que contra los idiotas te quiero

que de placer muero cuando te veo

porque te quiero así,

por completo,


maldigo a mi pueblo

y a su descendencia

por condenar al cariño

y perdonar la indiferencia

de un pueblo que llora

por falta de afecto


pero si de amor me condenan

que dicha más grande

que mi pueblo lo sepa

que he decidido amarte

y ahora me pregunto

¿Tú me quieres?

viernes, 19 de agosto de 2011

Carta a mi hijo (título probable)

"No tengo oro ni plata mas lo que tengo te doy.

Querido hijo... lentamente se aproxima el tiempo en que debo emprender el camino que no tiene regreso. No puedo llevarte conmigo y te dejo en un mundo en el que los buenos consejos no salen sobrando. Nadie es sabio de nacimiento. Aquí el tiempo y la experiencia enseñan y limpian la conciencia; yo he observado el mundo más tiempo que tú.

Querido hijo, no todo lo que brilla es oro. He visto caer algunas estrellas del cielo y quebrarse muchos bastones en los cuales uno confiaba para poderse sostener, por eso, quiero darte algunos consejos y decirte lo que yo encontré y lo que el tiempo me ha enseñado. Nada es grande si no es bueno y nada es verídico si no perdura.

No te dejes engañar por la idea de que puedes aconsejarte solo y que conoces el camino por ti mismo. Este mundo material es para el hombre demasiado poco y el mundo invisible no lo percibe, no lo conoce, ahórrate pues, esfuerzos vanos, no te aflijas y ten conciencia de ti mismo.

Considérate demasiado bueno para obrar mal. No entregues tu corazón a cosas perecederas. La verdad querido hijo no es gobernada por nosotros sino que nosotros debemos ajustarnos a ella.

Ve lo que puedas ver y para ello usa tus propios ojos y con respecto a lo invisible y eterno atente a la palabra de Dios. Mantente fiel a la religión de tus padres.

No desconfíes de nadie tanto como de ti mismo; dentro de nosotros vive el juez que nos enseña y cuya voz es más importante para nosotros que el aplauso de todo el mundo y la sabiduría de los griegos y egipcios; hazte el propósito, hijo, de no actuar contra su voz y si algo piensas o intentas hacer póntelo primero en la mente y pídele concejo a tu juez interno; al principio, él hablará únicamente en forma muy suave balbuceando como una criatura inocente, sin embargo, si honras su inocencia soltará su lengua y te hablará en forma más perceptible.

Aprende con gusto de los demás y escucha con atención donde se hable de sabiduría, dicha humana, luz, libertad, virtud, pero no confíes inmediatamente en todo porque no todas las nubes llevan agua y existen diversos caminos para seguir. Hay quienes creen que dominan una materia porque hablan de ella; pero no es así hijo mío, no se tienen las cosas por poder hablar de ellas, palabras sólo son palabras y ten cuidado si fluyen en forma demasiado hábil y ligera, pues los caballos cuyos carros están cargados de mercaderías avanzan con pasos más lentos.

Nada esperes del trajín ni de los trajinantes y pásate de largo donde haya escándalo callejero.

Si alguien quiere enseñarte sabiduría, mírale la cara, si lo ves enorgullecido, déjalo, no hagas caso de sus enseñanzas por más famoso que sea.

Lo que uno no tiene no lo puede dar, y no es libre aquel que puede hacer lo que quiere sino que es libre aquel que puede hacer lo que debe hacer, y no es sabio el que cree que sabe sino el que se percató de su ignorancia y logró sobreponerse a la vanidad. Piensa con frecuencia en cosas sagradas y ten la seguridad que ello te traerá ventajas y así serás como la levadura que fermenta la masa del pan. No desprecies religión alguna puesto que están consagradas al espíritu y tú no sabes lo que pudiera estar oculto bajo apariencias insignificantes. Desdeñar algo es fácil, hijo, pero es mucho mejor comprenderlo.

No instruyas a otros hasta que tú seas instruido. Acógete a la verdad si puedes y gustosamente permite que te odien a causa de ella; sabe sin embargo, que si tus cosas no son cosas de verdad, cuida de no confundirlas puesto que de ser así vendrán sobre ti las consecuencias; simplemente haz el bien y no te preguntes por lo que de ello resulte. Quiere sólo una cosa y esa quiérela de corazón. Cuida de tu cuerpo pero no de tal manera como si fuera tu alma.

Obedece a la autoridad y deja que otros la discutan. Sé correcto con cualquier persona pero confíate difícilmente. No te mezcles en asuntos ajenos y los tuyos, arréglalos con diligencia. No adules a persona alguna y no te dejes adular. Honra a cada quien según su rango y deja que se avergüence si no se lo merece.

No quedes debiéndole a persona alguna, pero sé afable como si todos fueran tus acreedores. No quieras ser siempre generoso pero procura ser siempre justo. A nadie debes sacar canas, sin embargo, cuando obres con justicia no te preocupes por ellas. Desconfía de la gesticulación y procura que tus modales sean sencillos y correctos. Si tienes algo, ayuda y da con gusto, y no por ello te creas superior; y si nada tienes, ten a mano un trago de agua fresca y no por ello te creas menos.

No lastimes a doncella alguna y piensa que tu madre también lo fue.

No digas todo lo que sabes, pero siempre debes saber lo que dices. No te apoyes en algún grande. No te sientes donde se sientan los burlones porque ellos son los más miserables de todas las criaturas.

Respeta y sigue a los hombres piadosos, mas no a los santurrones. El hombre que tiene en su corazón verdadero temor a Dios es como el sol que brilla y calienta, aunque no hable. Haz lo que merezca recompensa, pero no pretendas obtenerla. Si tienes necesidades, quéjate ante ti mismo y ante nadie más.

Lo mejor que puedes dar a un enemigo es el perdón. A un oponente tolerancia. A un amigo, oídos. A tu hijo, buen ejemplo. A tu madre, una conducta que la haga sentirse siempre orgullosa de ti. A tu prójimo siempre caridad. A ti mismo, amor propio.

Cuando yo muera ciérrame los ojos; no me llores...

Ayuda y honra a tu madre mientras viva, y entiérrala junto a mí."

Poeta alemán Mathias Claudius, conocido como "Asmus", de 1775.

martes, 16 de agosto de 2011

Olvidarte

¿Cómo olvidarme de ti?
por fin encontré la respuesta,
una puede ser dejando de vivir
o quizá viviendo con reservas.

Para poder olvidarme de ti,
el castigo será para mi
pues debo pagar el precio
y así poder borrar los recuerdos

prometo que a partir de hoy
dejare de oler las rosas
porque en su aroma estas tu
porque esta tu recuerdo en todas

dejare de contemplar las estrellas
en las noches de mi soledad
las estrellas no serán mas mi compañía
les he negado mi amistad

dejare de caminar las calles de la ciudad
dejare de visitar los parques
las plazas vacías si no estás
no caminare mas por las plazas

nunca debo de cerrar los ojos,
pues cada vez que los cierro
estas tu ahí, sonriente, hermosa,
esa imagen que me sonroja

todo lo que hago o dejo de hacer
se parece mucho a ti
debo cambiar de rutina rápidamente
pensar en ti no es vivir

y te escucho visitándome en mis sueños
y te veo cada vez que veo el cielo
el cielo ahora será mi enemigo
volveré a soñar, pero no contigo

por que de mi te alejaste
sin dañar mi corazón
lo dejaste esperando
una palabra, un abrazo, una flor

y yo sé que no regresaras
que nunca dijiste adiós
mi alma derrama el llanto
por que no te veré jamás

y haré un esfuerzo por olvidar
tu perfume de princesa
a flores, a días, a estrellas
a noche, alegría y tristeza.

mas te hubiera valido
darme una estocada al corazón
una herida hubiera sido lo mejor
para poder odiar y olvidar

pero te fuiste sin decir adiós
no asistí al funeral de tu compañía
y mi alma espera
no llora y sangra mi corazón.

y nunca más viajare ni a lugares conocidos
que siempre me hablan de ti
ni desconocidos que me
hubiera gustado conocer contigo

por que si un tiempo mi vivir
era pensar en ti
ahora se ha vuelto una obsesión
el olvidar y morir

solo y atrapado
dejando pasar el tiempo
triste y llorando
existiendo en este infierno

espero no tener que morir
para no pensarte
y quise olvidarte
y empecé a escribir de ti...