jueves, 13 de octubre de 2011

Trozos de vida


pequeños trozos de vida
al poder verte reír
tu mirada escondida
cuando te veo partir
tan lejana de este día
impaciente por vivir

amiga de mi soledad
confesora de mis miedos
escritora del pensar
autora de mis silencios
nunca supiste esperar
ni compartir sentimientos

mas no tengas miedo pensé
las historias tienen un fin
si el fin no es el que soñé
pues nunca se sueña sufrir
vivir en tu vida se fue
sin temores pude decir

el llanto llena mis días
el tiempo no sabe curar
eran las horas perdidas
pidiendo lograr al final
quedan las casas vacías
o llenas de tu soledad

canto y simulo mi risa
misma que no has de escuchar
alejándose de prisa
fingiendo mi felicidad
esperando que en la brisa
escuches mi alma llorar

la existencia es un ciclo
que se ha roto en pedazos
cada uno se ha vivido
sin quererlo paso a paso
pude vivir y he sufrido
queriendo vivir de tus brazos

pequeños trozos de vida
al poder verte partir
tu mirada no fue mía
más caminos debo seguir
tan lejano de la vida
un trozo de vida viví

miércoles, 12 de octubre de 2011

No te merece quien te lastima

Cuentan que una bella princesa estaba buscando consorte. Aristócratas y adinerados señores habían llegado de todas partes para ofrecer sus maravillosos regalos. Joyas, tierras, ejércitos y tronos conformaban los obsequios para conquistar a tan especial criatura. Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo, que no tenía más riquezas que amor y perseverancia. Cuando llegó el momento de hablar, dijo: “Princesa, te he amado con toda mi vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor… Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas… Esa es mi dote…” La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar: “Tendrás tu oportunidad: si pasas la prueba, me desposarás”. Así pasaron las horas y los días. El pretendiente estuvo sentado, soportando los vientos, la nieve y las noches heladas. Sin pestañar, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente vasallo siguió firme en su empeño, sin desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, la cual, con un noble gesto y una sonrisa, aprobaba la faena. Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos optimistas habían comenzado a planear los festejos. Al llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona habían salido a animar al próximo monarca. Todo era alegría y jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la infanta, el joven se levantó y sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar. Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa: “¿Qué fue lo que te ocurrió?... Estabas a un paso de la meta… ¿Por qué perdiste esa oportunidad?... ¿Por qué te retiraste?...” Con profunda consternación y algunas lágrimas mal disimuladas, contestó en voz baja: “No me ahorró ni un día de sufrimiento… Ni siquiera una hora… No merecía mi amor…”

-Extracto de "amar o depender" de walter riso.

martes, 4 de octubre de 2011

Quiero, no quiero.

quiero decirte que te quiero
pero no quiero,
quiero que sepas que te quiero
pero no quiero.

todo tiene un precio,
¿estás dispuesto a pagar?
eres un buen comerciante,
dijiste para animarme.

¿qué es lo que puedes perder?
¿si nunca has tenido nada?
piénsalo, solo puedes ganar.

quiero verte el día de hoy,
por todos los días de hoy que pueda tener,
pero no quiero verte el día de hoy,
no es mi mejor día de hoy.

quiero darte lo mejor de mí,
pero no quiero darte tan poco,
quisiera tener más que dar,
pero no quiero.

quiero tener más que dar,
pero no quiero dejar de ser yo,
quisiera tener todo lo que necesitas,
pero no quiero.

quiero verte hoy
estar contigo
y al pensar en todo lo que quiero
decir y no quiero
no quiero verte
no quiero estar contigo

¡al fin! es todo lo que tengo
te reclamo, en mis pensamientos.
porque te quiero reclamar
pero no quiero

y me ves y me preguntas
en que pienso.
y quiero decirte que
solo pienso en ti
pero no quiero
y solo digo "no pienso en nada"

y me ves y me preguntas:
-¿qué quieres hacer?
y quiero decirte
que quiero estar contigo
solo un día
todos los días que me queden de vida
pero no quiero

¿que no te das cuenta de
todo lo que quiero decir
pero no quiero?

quiero que me preguntes
cuanto te quiero,
porque te quiero.
y quiero decirte
por qué no quiero
decirte que te quiero
y tanto que te quiero
por miedo a no quererte más

pero, ¡es todo lo que tengo!
te repito en mis pensamientos
y tú, callada,
y quiero que me escuches,

¡yo sé que no es mucho!
quiero decirte
pero no quiero
y te vas, y me quedo.
me quedo con ganas de decirte que
te quiero, de decir
todo lo que quiero.
pero no quiero.

duerme, mientras yo duermo.
así podre visitarte en mis sueños
y podre decirte todo
lo que te quiero decir
y no quiero
y así mi alma pueda descansar un poco

¿cómo poder ser mejor?
¿cómo sin dejar de ser yo?
¿cuál es mi destino,
si pongo mi vida y mi voluntad
en querer y no querer?

te veo a los ojos
y pienso en tantas cosas
que quiero, pero no quiero,
se dibuja una sonrisa en tu mirada
y una calma llena mi ser

te veo
y pienso en tantas cosas que
quiero decir pero no quiero,

solo un día de mi vida
todos los días,
te veo, y solo alcanzo a decir
"te quiero"